Misión imposible en el Sahara Occidental

Heraldo de Aragón

Misión imposible en el Sahara Occidental

La orden de expulsión contra Luis Mangrané, esgrimida por el gobierno marroquí a pie del avión que nos iba a trasladar a El Aaiún, me ha impedido visitar los territorios saharauis ocupados por Marruecos desde hace 40 años.

Aunque estuvimos más de cuatro horas de tránsito en el aeropuerto de Casablanca, las autoridades policiales obligaron a Luis Mangrané a descender del avión cuando estaba a punto de despegar con hora y media de retraso hacia El Aaiún, capital del Sahara.

Luis Mangrané iba a ser mi guía durante 12 días en los territorios ocupados ya que tenía todos los contactos en la zona después de siete años de trabajar como observador para diferentes organismos en la supervisión de los juicios contra los activistas saharauis.

Decidí bajar del avión a pesar de que la policía me aseguró que no había orden de expulsión contra mí porque consideré que mi estancia iba a resultar inútil e, incluso, me arriesgaba a que me impidiesen la entrada en El Aaiún nada más desembarcar.

La obsesión por impedir el trabajo de los periodistas es permanente, una flagrante violación del derecho a la información más lógico en un país dictatorial que en un país como Marruecos con quien España y la Comunidad Europea mantiene privilegiadas relaciones diplomáticas, políticas y económicas.

El gobierno marroquí sabe que es más sencillo expulsar a un abogado comprometido con su trabajo que a un periodista, pero es evidente que no quieren periodistas o abogados independientes que puedan monitorizar la situación que sufren los saharauis en las zonas ocupadas.

En los últimos cinco años decenas de periodistas, abogados, políticos y observadores han sido expulsados de Marruecos cuando se encontraban en el Sahara o cubriendo juicios contra saharauis en ciudades como Casablanca o Rabat.

Se han producido serios incidentes como los de noviembre de 2010 cuando varios periodistas españoles fueron insultados y golpeados, entre ellos enviados especiales de TVE, Cadena Ser y ABC durante un juicio contra siete inculpados saharauis.

La agresión se produjo 48 horas después de que el ministro de Exteriores de Marruecos, Taieb Fassi-Fihri, acusará a la prensa de “desinformar” sobre los temas relacionados con el conflicto saharaui.

El silencio de los gobiernos del PP y PSOE incrementa el aislamiento del Sahara ocupado y la represión contra sus ciudadanos tal como se recoge en los informes de organizaciones humanitarias internacionales que recogen las continuas y graves violaciones de los derechos humanos contra la población civil.

Al mismo tiempo, las autoridades marroquíes son agasajadas y condecoradas en España como ocurrió la semana pasada con Mohamed Hassad, el ministro del Interior responsable de expulsiones como la del abogado Luis Mangrané.

Informar en el Sáhara ocupado se está convirtiendo en una misión imposible. Algunos periodistas lo han conseguido trabajando en la clandestinidad, asumiendo riesgos de ser detenidos en cualquier momento o poniendo en peligro a sus fuentes de información.