España y el Sáhara Occidental

La guerra entre Marruecos y el Frente Polisario, en suspenso desde 1991, se ha reanudado y España continua vendiendo armas que se usan contra los saharauis.

 

Luis Mangrané. El Heraldo de Aragón.

21 abril 2021.

 

El pasado 7 de marzo un dron de fabricación israelí habría sido utilizado por el ejército marroquí para marcar con laser a un grupo del Ejército de Liberación Popular Saharaui, después fue atacado con un misil por un caza marroquí. El ataque terminó con la vida del Jefe de la Guardia Nacional saharaui Dah El Bendir en un nuevo episodio de la guerra entre Marruecos y el Frente Polisario. Desde el 13 de noviembre pasado, con la ruptura del Acuerdo del alto el fuego de 1991, tras el asalto a Guerguerat por parte de Tercera Brigada motorizada de las fuerzas reales marroquíes, la guerra se ha reanudado en el Sáhara Occidental. Un conflicto bélico que amenaza la estabilidad de la región por su posible extensión a Mauritania, que ha recibido incluso ataques de las fuerzas marroquíes al confundir a sus tropas con las del Polisario. El retorno a las hostilidades es una preocupación expresada por la Unión Africana en su Asamblea Extraordinaria “Sobre Silenciar las armas” celebrada el pasado 6 de diciembre. La empresa pública española Enaire, encargada de gestionar la navegación aérea en la zona, ha desaconsejado sobrevolar el Sáhara Occidental.

La guerra de 1975 a 1991 entre Marruecos y el Frente Polisario fue consecuencia directa de la invasión marroquí de la antigua colonia española. Desde 1991 a 2020 permaneció en “suspenso”, periodo en el que la Comunidad Internacional no hizo nada destacable para resolver el conflicto. Al contrario, la cooperación económica con Marruecos, evidenciada en los acuerdos comerciales suscritos por la UE, declarados nulos por las altas autoridades judiciales europeas,  contribuían al saqueo de los recursos saharauis y a financiar al ocupante marroquí. Una nueva muestra del cinismo de Europa que exige el respeto a los derechos humanos pero que vende armas para lucrarse y perpetuar esta situación. Marruecos, el único país que, por otra parte, tiene apetencias expansionistas sobre España, es una potencia militar por tierra, mar y aire. Desde el regreso de la democracia a España, todos los gobiernos, incluido el actual PSOE-Unidas Podemos, han autorizado ventas de armas a Marruecos. Recientemente, vía cooperación española, la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas ha coordinado la compra y donación a Marruecos de 130 vehículos y 90 quads para control de fronteras con fondos procedentes de la UE. En enero, España anunció la exportación de una fragata que construirá Navantia, empresa pública española. Esta última operación la hemos denunciado ante las autoridades competentes al entender que infringe la legislación para el comercio de armas.

La ocupación marroquí vulnera los principios de autodeterminación, de prohibición de la amenaza y el uso de la fuerza armada. El suministró de armamento militar español a Marruecos, como parte agresora, es contrario al Derecho Internacional. Sirva como ejemplo otros casos de descolonización como los de Angola, Congo Belga, Guinea, Mozambique y Namibia. En el caso de Angola, la resolución 1801, invitaba a todos los Estados a cesar de ofrecer al Gobierno de Portugal toda asistencia que le permita proseguir la represión de los pueblos de los territorios bajo administración portuguesa y a tomar medidas para impedir la venta y el suministro de armas a dicho gobierno.

La venta de la fragata también viola la responsabilidad jurídica de España como potencia administradora de iure del territorio no autónomo del Sahara Occidental, reconocida por Naciones Unidas y la propia justicia española y europea.

El 13 de noviembre de 2020, el Ministerio de Exteriores  expresó el compromiso oficial de apoyo a la ONU para garantizar el alto el fuego en el Sáhara Occidental y apeló a la responsabilidad y contención. El 23 de febrero de 2021, la Ministra de Exteriores declaró en el Senado que “…España ni puede ni debe propugnar una solución concreta,… solución debe venir de un diálogo entre las partes…. Lenguaje diplomático y entrega de armas a uno de los contendientes.

 

El periodista Andoni Lubaki recordaba que Dah El Bendir “Una vez me dijo que luchaba por los suyos y que nunca por odio”. La frase ejemplifica el carácter de la lucha del Frente Polisario, la de un conflicto por la supervivencia y autodeterminación de un pueblo sometido a dominación colonial. Que España siga situándose en la historia de la infamia en este conflicto junto a Marruecos depende, entre otras cuestiones, de que le sigamos entregando armamento que se usa contra los saharauis.