La fotoperiodista aragonesa Judith Prat ha presentado su último trabajo “Sáhara Occidental no es país para periodistas” donde expone las fotografías realizadas por nueve periodistas saharauis. Judith, apoyada por el Observatorio Aragonés para el Sáhara Occidental, ha querido mostrar qué significa para los y las periodistas saharauis realizar su trabajo en su país ocupado por Marruecos y lo que supone con el fin de denunciar las violaciones de derechos humanos. La muestra permanecerá abierta en el Centro Joaquín Roncal de la Fundación CAI del 21 de octubre al 14 de noviembre.
- ¿Cómo surgió la idea de ir al Sahara Occidental?
El Observatorio Aragonés para el Sáhara Occidental organiza cada año un proyecto con el fin de defender a la población saharaui y dar a conocer lo que ocurre en esta zona. Me llamaron para trabajar con ellos y me entusiasmó mucho la idea porque se adapta a mis gustos. La idea era ir a El Aaiún para dar un taller a periodistas. Llegué en julio y a las pocas horas me sacaron de la casa, me metieron en una furgoneta y me obligaron a salir del Sáhara Occidental. Al final conseguimos dar la formación en Canarias. Pero lo que iba a ser un curso de una semana se quedó en tres días.
Lo importante era que ellos contaran con imágenes su propia realidad. Esto costó mucho porque se juegan, incluso la vida. Fueron unos meses muy duros pero se consiguió sacar lo que se puede ver en la exposición.
- ¿Cómo fueron tus comienzos?
La fotografía no ha formado parte de mi vida desde siempre. Yo estudié Derecho, empecé a viajar con organizaciones internacionales documentando violaciones de derechos humanos. La verdad que fue en ese marco, en los primeros viajes que realicé con ONG ‘s en verano, cuando empecé a pensar que si a los informes que yo hacía se añadieran fotos igual la gente iba a entender mejor lo que yo quería contar. Entonces comencé a pensar en la fotografía, la incorporé y acabó siendo mi profesión. Y ahora es mi lenguaje más natural, casi más que la palabra.
- Cuando vas a esos lugares, ¿haces solo fotos de lo que ves?
No voy a un sitio y empiezo a hacer fotos. Tengo muy claro lo que quiero fotografiar. Me he organizado perfectamente y sé qué temas quiero tratar. El trabajo previo de preproducción en un reportaje fotográfico es fundamental. Hay que documentarse muchísimo, tienes que conocer la realidad de un país. Somos informadores, tus trabajos tienen que aportar un plus de información al que tenga el común de la gente. (…) Un o una fotoperiodista no puede saber solo hacer buenas fotos.
- ¿Qué importancia le das a las mujeres en tus obras?
Algunas veces me han llamado “la fotógrafa de la mujer”, “la fotógrafa feminista”, por el hecho de que yo fotografío mujeres, pero fijaros que yo jamás he hecho un tema exclusivo de mujeres. Yo hago temas muy globales, pero me da igual sea cual sea el tema que esté haciendo, sea cual sea la cobertura que esté haciendo, siempre miro qué pasa con las mujeres porque me parece importante. Cuando al ver reportajes fotográficos te dabas cuenta de que no había mujeres. No se hablaba de ellas, estaban absolutamente invisibilizadas a todos los niveles. Entonces sea cual sea el tema que esté haciendo miro qué pasa con las mujeres. Suelo decir que no fotografío víctimas, que yo no veo víctimas cuando fotografío a esas mujeres. Aunque hayan sufrido muchísimo, lo que veo son mujeres super valientes, mujeres que salen adelante a pesar de todas las dificultades o todas las violencias que han sufrido. Entonces esas mujeres aparecen en mis fotos con mucha dignidad, muy empoderadas. Pero es que yo las veo así, veo mujeres que son referentes. Esa mirada es importante, hay que darse cuenta de cómo miramos a gente de otros lugares y cómo miramos a esas mujeres para no reproducir estereotipos.
- ¿Notas mucha diferencia como fotógrafa al ser mujer?
Las mujeres fotoperiodistas sufrimos la misma invisibilización que, en general, sufre la mujer en cualquier otra profesión. No es algo exclusivo del fotoperiodismo o de la fotografía. Creo que nos encontramos con esto en un montón de profesiones. A veces, todavía se siguen encargando coberturas muy complicadas o en según qué zonas, a compañeros hombres porque aún está la rémora por parte de algunos medios y de algunas agencias de que lo va a hacer mejor un compañero por ser hombre. Cuando la realidad es que estamos cubriendo todo tipo de situaciones, estamos llegando a cualquier lugar y estamos haciendo buenos trabajos. Así que nuestro problema no es estar, que cada vez somos más, el problema está en la visibilidad. Es un trabajo que, en ese sentido, hay que dar la pelea porque nos toca a todas.
- Volviendo a tu exposición, has dicho que los jóvenes no pueden estudiar periodismo en el Sáhara Occidental, pero ¿la carrera existe como tal?
Sí que existe la carrera, los marroquíes pueden estudiar periodismo, quienes no pueden estudiar periodismo son los saharauis. De ellos ninguno puede estudiar periodismo pero se dedican a eso. Trabajan en televisiones, en medios saharauis que ellos crean y ,por esto mismo, aunque no tienen la titulación porque Marruecos se lo impide, desarrollan el oficio y lo hacen perfectamente bien. Son muy buenos informadores.