El Faradio
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San Vicente será la primera cita de la exposición que recorrerá distintos municipios de Cantabria hasta el mes de Septiembre. Se inaugura el viernes, 14 de mayo, a las 19:00 h, y podrá visitarse hasta el 28 en La Casona del Cantón.
La exposición es fruto del trabajo de la fotoperiodista Judith Prat y del Observatorio Aragonés de Derechos Humanos y llega a Cantabria de la mano de Cantabria por el Sáhara, miembro de la Coordinadora Cántabra de ONGDs, iniciando en San Vicente de la Barquera un recorrido expositivo que recalará en el Parlamento de Cantabria y en varios municipios.
La que fuera hasta 1976 la provincia española número 53 es una completa desconocida. Y no sólo por el vacío en los libros de historia o por la presión política que relega este conflicto a los últimos lugares de la agenda institucional. El silencio en los medios de comunicación sobre el Sáhara Occidental es fruto de un bloqueo mediático que, a su vez, forma parte de la estrategia de ocupación de Marruecos.
Quienes lo han intentado saben que informar sobre la actualidad en los Territorios Ocupados del Sáhara Occidental es una odisea que, en ocasiones, se paga cara. El encarcelamiento de periodistas saharauis o la expulsión de profesionales de los medios de comunicación extranjeros son algunos de los ejemplos más graves.
Pero el bloqueo informativo comienza también desde la imposibilidad de que una persona saharaui pueda cursar estudios universitarios de Periodismo en su tierra. El Estado Marroquí ha limitado históricamente el acceso a la cultura impidiendo la implantación de universidades o incluso del propio Instituto Cervantes en los Territorios Ocupados del Sáhara Occidental. Los estudiantes saharauis que logran matricularse en la Universidad lo hacen con gran esfuerzo económico de sus familias teniendo que instalarse a más de mil kilómetros de sus hogares. Pero nunca se les permite el acceso a las facultades de Periodismo marroquíes.
Reporteros Sin Fronteras denunció en su informe de 2019: “El periodismo es una de las numerosas víctimas de este conflicto abandonado por el foco mediático, que ha hecho del Sáhara Occidental un auténtico “agujero negro” informativo. Marruecos —puesto 135 en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de RSF— maneja con mano de hierro la información dentro del territorio, castigando de forma implacable el ejercicio del periodismo local y bloqueando el acceso de los medios extranjeros. Torturas, detenciones, malos tratos, persecuciones, acoso, hostigamientos, calumnias, difamaciones, sabotajes tecnológicos y abultadas penas de cárcel, en condiciones deplorables, constituyen el día a día de los periodistas saharauis”.