El Sahara Occidental, es un país del norte de África calificado como territorio no autónomo por las Naciones Unidas. Su extensión es de 266.000 kilómetros cuadrados y su población es de unos cientos de miles de personas. El territorio está actualmente dividido por un muro de más de 2.000 kilómetros plagado de millones de minas antipersonales que incluso invade Mauritania. La zona al oeste del muro constituye el territorio ocupado por Marruecos. La potencia ocupante explota las riquezas del territorio (pesca, fosfatos, arena, agricultura de invernadero). Las zonas al este de esa berma forman los territorios liberados por el pueblo saharaui. La población se halla repartida entre ambas zonas, los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (sudoeste de Argelia) y la diáspora en otros países, fundamentalmente Mauritania y España.
El Sahara Occidental es un territorio que limita con Marruecos al norte, con Argelia al este, con Mauritania al sur y al este y con España al oeste.
En 1975 fue invadido por Marruecos y Mauritania al amparo de un acuerdo internacional ilegal concertado por estos dos países con la potencia administradora del territorio, España, para negar al pueblo saharaui su derecho internacionalmente reconocido a la autodeterminación y a la independencia. Tras la retirada de España en 1976, Marruecos y Mauritania formalizaron una partición del territorio. En 1979, Mauritania se retiró del Sahara Occidental. En 1975 el pueblo saharaui, representado por el Frente Polisario, inició una guerra contra la ocupación para defender su derecho a la autodeterminación y a la independencia. En 1991, las Naciones Unidas aprobaron un Plan de Arreglo, acordado por las dos partes del conflicto, Marruecos y el Frente Polisario, para poner fin a la guerra y organizar un referéndum de autodeterminación para elegir entre la independencia o la integración en Marruecos. La monarquía marroquí ha obstaculizado hasta hoy la celebración de dicho referéndum.
Desde el momento de la invasión, el gobierno marroquí ha violado sistemáticamente los derechos humanos del pueblo saharaui en todos los planos. Civil y políticamente, no sólo ha negado el derecho a la autodeterminación y a la independencia del pueblo saharaui, sino que ha llevado a cabo una política de genocidio, desapariciones, torturas y encarcelamiento de todos aquellos que han defendido ese derecho. Económicamente, el gobierno marroquí ha realizado una política de saqueo de los recursos del territorio y de búsqueda de complicidades de inversores externos para asentar colonos que alteren la composición demográfica del territorio e impidan la autodeterminación e independencia del mismo. Culturalmente, el gobierno marroquí se ha dedicado a destruir las huellas de la historia saharaui anterior a la ocupación marroquí.